HISTORIAS QUE CONTAR
HISTORIAS QUE CONTAR N ació prematuro, 31 semanas, pero… ya está aquí. Ha tenido una falta de oxígeno y no se sabe si fue al nacer o después. Un mes después... Salió del hospital... Fue ahí cuando les dijeron a sus padres que Mike tenía parálisis espástica y que aunque la lesión era muy pequeña... las secuelas eran muy grandes. Tan grandes que tendría un reconocimiento de discapacidad del 90 por ciento. A partir de ahí, la vida de Mike y su familia, ha sido una lucha constante para hacer valer sus derechos. Conocí de su historia en las redes sociales buscando entrevistas para mi programa semanal de radio. Con seis añitos, Mike recibió una carta el día de su cumpleaños notificándole que no podría recibir más rehabilitación. -¿Cómo es que no puedo seguir yendo a terapia si aún no puedo andar? Preguntaba el pequeño a todo aquél que se le cruzaba en el camino. Después de la entrevista, su historia no hacía más que tocarme a la puerta de mi memoria